Tras el desenlace trágico de una pelea ocurrida en pleno Viernes Negro, un misterioso asesino influenciado por el Día de Acción de Gracias decide aterrorizar a la población de Plymouth, Massachusetts- el mismo lugar que dio origen a dicha celebración. Eligiendo uno por uno a los residentes, los asesinatos por venganza, aparentemente azarosos, pronto demuestran ser parte de un plan ‘celebratorio’ mucho más amplio y siniestro. ¿Será posible revelar la identidad del asesino y así sobrevivir a la fecha marcada…o el poblado entero será convidado a la mesa preparada para este torcido banquete celebratorio?
DEL ‘VIDEO PROMOCIONAL’ A LA CINTA
Los fanáticos del cine de horror le han llamado la mejor película de todos los tiempos. Pero en este Día de Acción de Gracias, afila tu propio cuchillo y calienta ese pastel de calabaza, porque esta producción por fin ha llegado.
La oda de Eli Roth al cine de asesinos se puso en marcha en 2006, cuando sus amigos Quentin Tarantino y Robert Rodriguez trabajaban en una producción conjunta, Grindhouse. Para aderezar dicha experiencia, Tarantino pidió a sus amistades- incluyendo a Roth- que crearan avances (o videos promocionales) falsos, que pudieran resultar atractivos para el público de aquella película-en-dos-partes. Y Roth supo enseguida lo que quería hacer.
En su juventud y adolescencia, Roth y su amigo Jeff Rendell se alimentaron casi exclusivamente de cintas de horror, consumiendo decenas y decenas de cintas en VHS, todas ellas repletas de matanzas, caos y vísceras. Y un subgénero específico les mantuvo muy ocupados. “Cumplimos dieciocho años en la década de los ochenta, la era dorada de las cintas de asesinatos ‘conmemorativos’”, rememora. “Black Christmas, Halloween, My Bloody Valentine, April Fool’s Day, New Year’s Evil… Cuando vimos Silent Night, Deadly Night, aplaudimos la baraúnda mientras Santa Claus grita: ‘¡CASTIGO!’”
“Esto, para nosotros, representaba el culmen de la cinematografía”, prosigue Roth.
Pero, según la opinión de este nativo de Newton, Massachusetts, una fecha conmemorativa había sido ignorada: Hollywood jamás había realizado una cinta épica y de asesinatos acerca del Día de Acción de Gracias. “No puedes exagerar la importancia del Día de Acción de Gracias en Massachusetts”, explica. “Todos los grupos escolares acuden al museo conocido como Plimoth Patuxet a fin de contemplar la vida tal como ésta era en 1620. Pero allí donde otros veían una mantequera, nosotros vislumbrábamos oportunidades para muertes magníficas”.
Gracias a su falso ‘avance’, Roth contempló la oportunidad de crear Viernes Negro- la cinta de asesinatos que Hollywood olvidó crear en los años ochenta. Rendell y Roth son los escritores. Mientras terminaba de filmar Hostel II, éste último tuvo acceso a las locaciones, actores y cabezas de utilería de la primera parte, lo que le permitió inmortalizar la historia. Cuando Grindhouse aseguró que Viernes Negro suponía una atracción en ciernes, el público se mostró encantado. Y ahí quedó la cosa.
Pero las cosas no se darían de ese modo. A lo largo de diecisiete años, Roth se enteraba de todos esos seguidores y seguidoras que se preguntaban si la cinta aparecería realmente. Roth decidió sumarse a la propuesta, pero por ahí se cernía un reparo: “No contábamos con un argumento”, dice, señalando además que el video ‘de avance’ no es más que un entretejimiento de apuñalamientos, degollamientos y caos, con un trasfondo alusivo a la fecha conmemorativa. Un video promocional no equivale a una cinta entera, así que Roth y Rendell siguieron pensando en cómo materializar una verdadera historia. “El ‘avance’ final nos emocionó mucho, por ello le dimos mil vueltas a la historia, para rellenar todos los espacios vacíos. ¿Cómo podríamos decapitar un pavo durante el desfile? ¿Cómo podríamos rostizar un pavo humano?”, se preguntaban. “Sabíamos que Viernes Negro debía convertirse en una auténtica película sangrienta, capaz de existir con independencia de quien haya visto o no haya visto el video previo”. Quedó claro que no habría manera de que aquellas icónicas imágenes funcionaran como una película verdadera. En otras palabras, si la misión consistía en hacer de Viernes Negro una realidad, el abordaje tendría que ser distinto.
Con esto en mente, los autores se centraron en la Gestalt (el sistema total) del ‘avance’, y no solamente en las secuencias individuales. “Nuestra premisa de trabajo consistió en considerar a Thanksgiving 1980 como la cinta de la cual derivaba el video promocional para Grindhouse, y que resultaba traumático que el acetato original hubiese sido destruido- todo lo que quedaba de aquello era el video promocional”, explica. “La cinta que estábamos creando no sería sino una nueva versión de aquella película; debíamos comenzar de cero, eligiendo los elementos que con toda seguridad funcionarían dentro de la historia que ahora deseamos contar”.
Durante los muchos años que demoró la escritura, la reescritura y la búsqueda de lo adecuado, Roth comenta que el sueño permaneció vivo gracias a los sitios cibernéticos creados por los y las fans. “Cada año, estas páginas web mencionaban Viernes Negro, lamentando el hecho de que jamás fue creada”, comenta Roth. “Debo agradecer a toda este gente- nos mantuvieron activos cuando nos parecía que estábamos hartos o que no podíamos hallar una manera de hacer esto grandiosamente. Finalmente, luego de algunos hallazgos contundentes, la idea comenzó a resonar con nosotros, y nos pusimos manos a la obra”.
Tras haber descifrado el código, Roth llevó una primera muestra a Spyglass. Esto resultó muy afortunado: cuando Gary Barber, CEO de Spyglass y productor ejecutivo en Viernes Negro, lanzó su compañía, su propósito no era otro que favorecer los canales de producción, reconociendo el valor de las franquicias de horror. “Spyglass ha relanzado exitosamente franquicias muy longevas en este rubro, entre ellas Scream y Hellraiser, y en Viernes Negro detectamos una cinta capaz de innovar en el género de los asesinatos sangrientos gracias a su mezcla de elementos reconocibles y un humor fresco que estimula el apetito que el público siente por las segundas partes”, señala Barber.
Tras obtener luz verde, Roth se sumergió en la selección del elenco y en la producción. Mientras tanto, Spyglass se asoció con TriStar Pictures para la distribución mundial. Spyglass se encargaría de territorios internacionales selectos.
NO QUEDARÁN NI LAS MIGAJAS
El corazón de cada cinta de asesinatos sangrientos está constituido por las muertes mismas, y Eli Roth- maestro del género- deseaba garantizar que Viernes Negro reflejase su mejor trabajo.
“Cada muerte tenía que estar a la altura de nuestros estándares en el plano de los sustos y las vísceras; si la cinta no lo lograba, nosotros seríamos los muertos”, dice Roth. Y a esto debemos añadir la presión de, en cierto modo, ya haberlo hecho anteriormente. “Me encontré en la penosa situación de no sólo tener que estar a la altura de lo que hice en el video promocional, sino asimismo de superar esas imágenes a toda costa”, prosigue.
Es por esto que, casi desde el principio, Roth decidió debatir acerca del proyecto con el genio de las prótesis, Adrien Morot. “Su destreza artística no tiene parangón. Adrien y su esposa Kathy han creado las cabezas y partes corporales más bellas y realistas que haya podido ver. ¡Son tan hermosas! Claro que, a pesar de su belleza, una cabeza falsa debe ser destrozada con un ablandador de carne”.
Y ésta es una responsabilidad particularmente seria para el director. La creación de una cinta de horror es, en su opinión, algo parecido a encaramarse sobre los hombros de un gigante. “Pensamos en las muertes y nos decimos, bueno, ¿cómo podríamos superarnos? Y no sólo a nosotros mismos, sino también superar a todas las otras cintas del género. Para nosotros supone un honor poder arribar al asesinato perfecto. Cada vez que realizas una cinta de horror, obtienes la oportunidad de adentrarte en el panteón de los más grandes. La oportunidad está ahí, todo depende de tu elección. Así que cada muerte debe constituir un clásico”.
Y Roth puede detectar ese ‘algo más, tan especial’. “Debo sentir asco… Mi tolerancia en lo tocante a lo asqueroso en el cine es particularmente alta, así que si una escena me descompone, sé que funcionará para el gran público”.
Otra razón por la cual Roth se siente tan a gusto con Morot consiste en el amor que ambos comparten por los efectos prácticos. “Cuando pienso en mis muertes favoritas, y me refiero a las películas que he visto a lo largo de mi vida, no hay una sola que sea digital”, dice Roth. “Todas están creadas con maquillaje y efectos prácticos. La respuesta emotiva suele ser muy distinta”.
Para Morot, cada trabajo es distinto. A veces tienes que proporcionar el maquillaje (ganador del Oscar) para un actor (ganador del Oscar) en un papel dramático, como él mismo hizo con The Whale. Pero, ocasionalmente, el pedido consiste en partir una cabeza humana en dos con el bauprés de un barco.
Tras haber trabajado con Roth tanto en Death Wish como en The House with a Clock in Its Walls, Morot sabía de la existencia del falso video promocional para Thanksgiving, y con esta información bastaba. “Roth me dijo, ‘Lo transformaremos en largometraje’. Yo le dije, ‘Cuenta conmigo’. Era más que obvio: yo quería desempeñarme en esa película. Enseguida se los dije a los chicos del taller y ellos hicieron a un lado lo que traían entre manos- este proyecto revestía la misma importancia para todo mundo”.
¿Acaso tiene una muerte favorita en la cinta? “Es como si me pidieras que señale a mi hijo favorito”, dice. “Sé quién es mi hijo favorito, pero no te lo diré. Y él lo sabe, también”.
A pesar de que Morot no abrirá la boca, la mejor muerte podría ser la que Roth llama “la de Pinocho”- el abuelo que es empalado por el bauprés del Mayflower durante el desfile de Día de Acción de Gracias. “Fabricamos una vía que pudiera golpear la madera a través de la ventana trasera de un automóvil y que enseguida consiguiera traspasar la cabeza falsa, que a su vez estaba equipada con tubos que arrojaban chorros de sangre, así como los sesos, sobre lass niñas que interpretan a sus nietas”, explica Roth. “Es mucho más sencillo decirlo que hacerlo”.
Para Roth, un asesinato complicado es estresante hasta que la última gota de sangre ha sido derramada. “Los días del rodaje de una muerte son los más emocionantes; el estómago es un vacío y no puedo relajarme hasta conseguir la toma perfecta”, dice. “La sincronía de la cabeza que cae con la oscilación del hacha, la manera como la sangre mana- todo puede salir mal. Pero cuando las cosas funcionan, no hay nada igual a este sentimiento”.