En esta breve reseña conocé quién era el poeta criollo que dio origen a los actuales premios que otorga la Cámara Uruguaya del Libro en cada edición de la tradicional Feria.
Nació en Montevideo y murió joven en el caserío de Morón, Provincia de Buenos Aires, hace 200 años. Sus padres, de condición económica muy modesta, provenían probablemente de la otra orilla. Ningún dato confirmado nos ha llegado de su aspecto físico. A los doce años quedó huérfano de padre. Muy joven se empleó en el comercio del padre de José Artigas, de cuya familia se volvió una persona de confianza. A los dieciocho años pasó a integrar el Batallón de Partidarios de Montevideo y sirvió a las órdenes de Francisco Antonio Maciel en la batalla del Cardal, durante las invasiones inglesas. En 1811 adhirió a la Revolución hasta 1815, desde distintas posiciones, pero no como soldado. Participó en los dos sitios a Montevideo y del Éxodo. En 1814 se desempeñó como Administrador interino de la Dirección de Correos y secretario del Cabildo. Durante el breve gobierno artiguista fue funcionario del Ministerio de Hacienda, nombrado por Fernando Otorgués.
Su formación estuvo de acuerdo con la época, bajo la influencia de la escuela neoclásica y los correspondientes poetas españoles. Sin embargo, encontró luego en la forma popular gauchesca, todavía no cultivada por poetas letrados, un cauce adecuado para su expresión escrita. Con un lenguaje más directo y flexible, exaltó el proceso emancipatorio, el anhelo de libertad y reivindicó socialmente la figura del gaucho, vocablo de connotación peyorativa en aquel momento. Esta nueva vertiente –la poesía gauchesca- debe distinguirse, según establece Daniel Vidart, de lo que denomina poesía gaucha, de filiación hispánica, oral, anónima, improvisada, de cantores y payadores. La Marcha Oriental, en su versión de 1811, es la primera composición conocida de Hidalgo. Falcao Espalter observa que sus dos primeras estrofas fueron imitadas por Acuña de Figueroa para la letra de nuestro Himno Nacional. A ella seguirán los Cielitos, provenientes en su forma de la copla y romance español, en cuartetas octasílabas cuyos versos 2° y 4° muestran rima consonante o asonante. Su origen es anterior a Hidalgo y su nombre nace del estribillo “cielo, cielito, cielo”, con numerosas variantes en su formación lírica. Con gracia satírica y dichos populares, referían a acontecimientos patrióticos. En 1816 se representó en la Casa de Comedias su unipersonal Sentimientos de un patriota y casi de inmediato se le nombró director del teatro. Dicha obra -propia de un poeta culto– constaba de un solo actor junto al cual se desarrollaba una escena muda que era comentada por el recitador u oficiaba de ilustración plástica. Zum Felde señala que ella denota una no vulgar ilustración en materia de mitología, historia y letras antiguas, así como el fácil manejo de las reglas retóricas y poéticas al uso. Por otra parte, sus cargos –como el referido del Ministerio de Hacienda o el de 1811, de Comisario de Guerra al servicio de José Ambrosio Carranza- hacen suponer en este autor versación en asuntos administrativos. Durante la invasión lusitana permaneció en Montevideo. Lecor modificó el cargo de Hidalgo, quien pasó a actuar como censor de la Casa de Comedias. En 1818 se trasladó a la Argentina. Es durante su estancia en Buenos Aires que comenzó seguramente su producción gauchesca, junto a la manera culta que cultivaba de tiempo atrás. Allí escribió los Diálogos, su obra más significativa y original que marcará el rumbo de la literatura gauchesca.
Desde 1988 la Cámara Uruguaya del Libro, durante la Feria Internacional del Libro, entrega el premio Bartolomé Hidalgo, en varias categorías de la escritura.
En Uruguay se designó el 24 de agosto como «Día Nacional del Payador», en referencia al nacimiento de Bartolomé Hidalgo.
El Sillón Bartolomé Hidalgo es uno de los diecinueve sillones académicos de la Academia Nacional de Letras del Uruguay.
FUENTE: academiadeletras